En 1492 no solo se descubrió América, también se conquistó el reino de Granada, el último reino Nazarí. Podemos pensar que en aquella recién estrenada España, todos eran caballeros, pero nada más lejos de la realidad.
Los Reyes Católicos y la Inquisición perseguían a todo aquel que no creía en el Dios cristiano. Así que los musulmanes y los judíos, tenían que convertirse a la religión católica o marcharse de España si no querían acabar mal c. También había mucha desigualdad, gente muy rica y gente muy pobre que no tenía casi para comer y tenía que buscarse la vida de muchas maneras, algunas no muy buenas. Muchos ante la imposibilidad de vivir bien, decidían embarcarse hacia los nuevos territorios, que hacía poco se habían descubierto por casualidad, al otro lado del océano, esos que ahora llamamos América.
Gonzalo Guerrero
Nuestro personaje, al parecer nació en Niebla, un puerto situado a pocos kilómetros de Palos (Huelva), en torno al último cuarto del siglo XVUnos dicen que sería un soldado especialista, como todos los que entonces manejaban aquellas primeras armas de fuego, los arcabuces. Otros hablan de su posible origen judío y de que por eso se embarcó hacia América, huyendo de la persecución de la inquisición. La verdad es que es todo un poco misterioso, pero lo que sí sabemos es que el 15 de agosto de 1511 zarpó en la nao Santa María de Barca. A los tres días comenzó un terrible huracán que la hizo encallar en un lugar que llamaban Bajíos de las Víboras, situados frente a Jamaica.
La península del Yucatán todavía era un lugar desconocido para los españoles; se trataba del país de los mayas, que lo denominaban Mayab, cuyo significado es «pocos», en alusión a lo selecto de sus habitantes.
Del naufragio se salvaron una veintena de personas, incluyendo dos mujeres. Tras dos semanas en alta mar, en un pequeño barco y casi sin víveres fueron muriendo y solo sobrevivieron ocho.
Lamentablemente para ellos, nada más desembarcar cayeron prisioneros de los "cocomes", un pueblo maya increíblemente fiero. Los Mayas mataron a cuatro de ellos y encerraron a los otros cuatro en una jaula. Diego Guerrero, el Capitan Valdivia y los dos compañeros que estaban con ellos consiguieron escapar, pero fueron capturados por otra tribu que los hizo esclavos. Allí les hicieron trabajar duramente.
Gonzalo Guerrero, fue interesándose por la cultura de los Maya, y cuentan que en un ataque de otra tribu cercana peleó para ayudarles y llegó a salvar la vida de su cacique. Este, en agradecimiento, decidió liberarlo a cambio de que le enseñara trucos para luchar contra los españoles.
Gonzalo se había adaptado tan bien a la vida en la selva que accedió. Les enseñó la forma de luchar y no solo eso, luchó con ellos contra los españoles, su propio pueblo. Se tatuó el cuerpo, se perforó las orejas, se vistió como los mayas y hasta se enamoró de la hija del cacique con la que tuvo dos hijos.
Ya nunca volvió a españa. Se convirtió en un indio maya.
¿Conocéis a Gonzalo Guerrero? Tal vez es porque dicen que la historia la cuentan los ganadores, y en este caso Gonzalo para los españoles fue un hombre que abandonó su país para convertirse en un auténtico Maya. Sin embargo, en américa está considerado casi un héroe, el padre del mestizaje y tiene incluso estatuas
Malinalli Tepenal
Pero ahora vamos a hablar de otro personaje muy curioso, Malinalli Tepenal
Dicen que nació en 1550, hija de un cacique azteca. Perdió a su madre, su padre volvió a casarse y tuvo dos hijos con su nueva mujer. Esta nueva madre no quería a la niña y daba más importancia a sus propios hijos
En el imperio azteca y Maya tenían por costumbre guerrear constantemente, y en esas batallas entre pueblos, el que perdía regalaba al vencedor objetos importantes y… mujeres, que acababan como esclavas. Por esa razón, la madre de Malinalli no dudó en entregar a la pobre niña, a una tribu Maya en la que acabó como esclava con tan solo 12 años Allí continuó hasta que su nuevo pueblo la entregó como botín de guerra junto con otras diecinueve mujeres a uno de esos hombres que habían llegado del otro lado del océano. Un español llamado Hernán Cortés.
Entre los españoles no había mujeres, y la reina Isabel "La Católica, temerosa de que los hombres que iban a las Américas se juntaran con mujeres que no creían en el Dios Cristiano decidió que lo primero que tenían que hacer era bautizarlas, así Malinalli Tepenal pasaría a llamarse Marina y a ser la esposa de uno de los hombres de confianza que acompañaban a Cortés
Un día, un religioso que conocía algo de la lengua azteca, descubrió a Malinalli hablando ese idioma. Ellos no sabían nada de su infancia y de que en realidad era una princesa que había nacido entre ese pueblo guerrero. Hernán Cortés, que era un hombre bastante inteligente, vio una oportunidad de oro para poder negociar con los pueblos Aztecas utilizando el don de lenguas de esta curiosa india y decidió que le acompañara en todas sus empresas para que hiciera de traductora. Recordemos que Malinalli conocía el lenguaje de los aztecas, de los mayas y de los españoles.Algo impresionante para esa época.
De tanto ir juntos se enamoró de ella, porque además decían que era muy guapa, lista y muy simpática. De hecho los hombres de Cortés la querían y respetaban mucho. La llamaban Doña Marina. Hernán y Marina,(o Malinalli, como prefiráis) tuvieron un hijo Diego Cortés y hasta aquí vamos a contar. Solo diré que no acabaron sus días juntos
Como para los mexicanos fue una traidora que supuestamente abandonó su pueblo para ayudar a los españoles, el pueblo invasor,comenzaron a llamarla “La Malinche” Ellos consideraban que se había unido al enemigo. Pero la verdad es que ´Malinalli simplemente fue una víctima de las circunstancias, que gracias a su inteligencia consiguió sobrevivir en un mundo muy, muy difícil
Y vosotros, ¿Que pensáis de estos dos curiosos personajes de la historia?
Y ahora como es costumbre en el Club de los Cuentistas vamos a hablar de un libro relacionado con Los Mayas el Popol Vuh, aunque es tan interesante, que haremos sobre él un programa especial más adelante
Popol Vuh
El Popol Vuh (en lengua maya-quiché, “Libro del Consejo” o “Libro de la Comunidad”) es uno de los textos más importantes de la literatura indígena del Nuevo Mundo. Se trata de una recopilación que recoge narraciones míticas, legendarias e históricas, que se supone habían perdurado -transmitidas por tradición oral hasta el momento de su escritura- en los diversos grupos étnicos que habitaron la tierra Quiché, el territorio de la civilización maya al sur de Guatemala y en gran parte de Mesoamérica.
Parece ser que la primera versión del Popol Vuh de la que se tiene noticia fue escrita poco después de la conquista, hacia 1550, por un indígena natural de Quiché que aprendió a leer y escribir con los religiosos españoles. Esta versión, en lengua quiché, pero con caracteres latinos, fue escrita para suplir la falta de un libro, muy antiguo, que se había perdido y que contenía las tradiciones y hechos que relata el Popol Vuh que conocemos.
Dicha versión, permaneció oculta hasta 1701, cuando los mayas-quichés mostraron aquel libro -celosamente guardado y que recopilaba las legendarias historias de su pueblo- a un padre dominico español, llamado Francisco Ximénez, cura de su comunidad, al que estimaban mucho y en el que habían depositado total confianza. Este religioso, al darse cuenta de la extraordinaria importancia de aquel documento, realizó una versión en dos columnas; en una trascribió el texto quiché con caracteres latinos y en la otra su traducción al español, Después devolvió a sus dueños el manuscrito original que nuevamente lo ocultaron, sin que nunca más se supiera de él. Así pues, la copia del padre Francisco Ximénez se considera hoy en día el único manuscrito del Popol Vuh.
En la primera parte del Popol Vuh se narra la creación del mundo y del hombre. Como en otros muchos grandes mitos cosmogónicos un dios (o varios dioses o seres superiores) crean primero los cielos, después la tierra, la naturaleza, las plantas y los animales y, como feliz culminación, al hombre para que exista “una boca que los invoque, una palabra que los alabe, un corazón que los sienta y espere”. En el Popol Vuh, los llamados Progenitores -los Creadores y Formadores-, al no conseguir que los animales hablasen y los alabasen, formaron al hombre, primero del lodo y después de madera. Tras salir mal estos intentos, por fin lo consiguieron, formando al hombre del maíz.
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